ESPIRAL DE EXPERIENCIAS SENSIBLES DEL SABER
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¿EN QUÉ CONSISTE LA PLURIVERSIDAD?
LA PLURIVERSIDAD es la aceptación de que formamos parte de un Todo diverso y plural, y desde esta consciencia nos abrimos a formas de comprensión amplias y holísticas.
Para eso creamos escenarios de ‘reescritura entre cuerpos’ que suponen un acercamiento vivencial, desde lo sensible, donde la presencia, los gestos y los rituales se articulan para investigar en grupo, priorizando la escucha, y generando un espiral de experiencias sensibles del saber que van expandiéndose en la medida en que cada participante genera otras aperturas a la Pluriversidad desde su contexto particular.
Así fue como fui creando una red de experiencias sensibles de saberes y sabores durante mi recorrido por Latinoamérica, donde compartí en variados contextos la metodología de Reescribir entre cuerpos y a la vez la nutrí con lo que allí me enseñaron. Aquí el link de esa propuesta itinerante que nombré Nidos. Compartir modos de escucha y creación colectiva (2012-2018).
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¿POR QUÉ AQUÍ Y AHORA LA PLURIVERSIDAD?
¿Es posible la existencia de espacios y tiempos donde el diálogo con el conocimiento no se aleje de la vida que somos? Yo creo que sí. Desde este latido es que nace y vuela la Casa Voladora, espacio para la escucha y la creación colectiva abierto a la Pluriversidad que somos. Pero esos lugares hoy día no son tan habituales. La tendencia a intelectualizar, a fragmentar según disciplinas, a someterse a ritmos frenéticos de producción… inhibe el desarrollo de procesos vitales sin los cuales el conocimiento queda huérfano de corazón, de voz propia, de contexto real. Un conocimiento que no alcanza a ser saber con sabor.
Desde mi presencia y trayectoria como profesora e investigadora procuro siempre generar el máximo acercamiento entre el árbol del conocimiento (hecho de sistemas simbólicos, lenguajes, teorías) y el árbol de la vida (hecho de pulso vital, de experiencia sensible).
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EL IMPULSO HACIA LA PLURIVERSIDAD
En mi vivencia en Latinoamérica pude participar y darme cuenta de una cotidianidad donde aún se celebran rituales ancestrales indígenas, que tienen el propósito de la sanación personal vinculada a preservar la relación de respeto e integración con la naturaleza-cosmos, reconociendo el tejido de vida al que pertenecemos.
Desde las cosmogonías indígenas latinoamericanas (en concreto pude compartir con personas de Colombia, por mi vinculación con el Grupo de Investigación DIVERSER, gestor del Programa de Licenciatura en Pedagogía de la Madre Tierra en la Universidad de Antioquia), me di cuenta de que en esos territorios existe una consciencia fuerte del vínculo entre lo político y lo espiritual. Entendiendo por ‘político’ la organización de lo común, lo público, las formas de compartirnos, y por ‘espiritual’, la capacidad de trascender, de ampliar la consciencia sobre el hecho de existir. Este vínculo entre política y espiritualidad se refleja en las presencias y los gestos cotidianos de los seres que allí habitan. Pude percibir relaciones menos instrumentalizadas, mayor sentido de proximidad entre las personas, abiertas al imprevisto del otro. Un “nosotros” que se nombra diciendo “yo soy tú” y que conlleva una consciencia de la importancia de la fraternidad y la apertura de corazón para la convivencia en este planeta que nos sostiene a todos.
Siento que me enseñaron a escuchar como gesto en expansión.
¿Qué rituales tenemos aquí, en la sociedad occidental, que nos recuerden esa integración con el Pluriverso, con el flujo de la vida que somos?
Y desde el propósito de la educación:
¿Cómo creamos rituales, situaciones, para tomar consciencia de la Pluriversidad que somos? ¿Para aprehenderla?…